A fines de
los setenta en España se estaba publicando mucha ciencia ficción en la
modalidad “colección especializada”: Super Ficción de Martínez Roca,
Ciencia/Ficción de Acervo, los libros de
Nueva Dimensión, Libro amigo de
Bruguera, en particular la serie de antologías
Ciencia Ficción, y varias
más. En este marco, la editorial Ultramar decidió sacar una colección de libros,
Maestros de la Ciencia Ficción que reeditó varios títulos de la argentina Emecé.
Pocos años después, en 1982, esta colección se transformaría en la subcolección
Ciencia Ficción de Grandes éxitos de bolsillo, donde se reeditarían nuevamente
todos estos títulos. La colección de amable formato pocket fue una de las de
duración más extensa en lengua española.
A cargo de
esta nueva colección quedó Domingo Santos (1941-2018), que había participado
como director en varias de las series ya mencionadas, incluso en simultáneo, y
que por ende mostraba una amplia experiencia. A pesar de su labor de escritor y
traductor, es considerada su tarea como director literario la que mejor
desarrolló y más aporto a la difusión del género en España y Latinoamérica. En
esta primera entrega vamos a realizar una rápida reseña de los primeros veintiocho
títulos que conformaron la colección que los lectores conocemos como “los
libros de Ultramar”. El total de libros publicados fue de 124 aunque llegó a
publicar hasta el número 123. ¿Cómo se explica esto? Es que el número 69 se
repite en dos libros: Los anales de los heechees y una reedición de Dune,
que ya había salido con el número 8.
Muchas de
las traducciones, en particular en la primera etapa, son de Domingo Santos, lo
que no es una buena noticia. Después los traductores varían y la calidad
mejora. En cuanto a la selección de títulos, es muy variada. Seguramente por
razones comerciales de época hay una fuerte inclinación por las sagas, hay
varios libros de autores españoles y un par de latinoamericanos. Para
comprender algunos de los criterios de Santos, Ángel Torres Quesada cuenta aquí sobre
cómo le publicaron la trilogía de Las Islas del Infierno: en resumen, el
escritor andaluz envió la primera novela que da título a la serie a Santos,
quien le dijo que le había gustado, que cuántos libros pensaba escribir. Torres
Quesada le dijo que dos más. Santos le contestó que hasta que no estuviera el
segundo no publicaría el primero porque necesitaba que por lo menos estuviera
al mismo nivel. ¿Y sobre el tercero? preguntó Torres Quesada. Santos contestó:
Que hiciera lo que quisiera, total a los que les gustaron los dos primeros iban
a comprar el tercero y, en todo caso, si los decepcionaba se la iban a agarrar
con el autor.
Este
criterio es bastante probable que se aplicara también en Estados Unidos porque
en la mayoría de las series, en particular las que fueron apareciendo en esta
colección, la calidad va francamente en descenso, a veces de manera muy
marcada. Prueba de esto son las series del Mundo del Río de Farmer o la Saga
del Exilio en el Plioceno de Julian May. Pero en contraposición la colección
incluyó títulos muy valiosos que difícilmente hubieran visto otra edición en
español, y en algunos casos fueron colecciones de cuentos.
El primer
libro de la colección apareció en 1982 y el último, y curiosamente uno de los
mejores, Crystal Express de Bruce Sterling, en 1992. La distribución en
Argentina fue amplia hasta los últimos números, en que se volvió irregular. Hay
un volumen que nunca se distribuyó en nuestro país: el primer tomo de Dhalgren
de Samuel R. Delany. La extensa novela se dividió en tres partes, y los dos
tomos restantes sí se distribuyeron, lo que provocó que los lectores fueran de
librería en librería buscando un libro inhallable.
Presentamos
aquí, entonces, una breve reseña de los primeros veintiocho libros, algunos de
ellos muy conocidos.
3. Farmer, Philip José. El fabuloso barco fluvial (The
fabulous riverboat, 1971) 1982. 293 p. Traducido por Domingo Santos.
4. Farmer, Philip José. El oscuro designio (The dark design, 1977)
1983. 475 p. Traducido por Domingo Santos.
5. Farmer, Philip José. El laberinto mágico (The magic labyrinth,
1980) 1983. 436 p. Traducido por Domingo Santos.
Los siguientes tres títulos de la colección son parte de “Mundo del río”,
el primero de los cuales,
El fabuloso barco fluvial, ya tenía dos
versiones en español, mientras que
El oscuro designio y
El laberinto
mágico, eran novelas inéditas.
El fabuloso barco fluvial no es una
continuación directa de
A vuestros cuerpos dispersos sino que sigue a
Clemens en una aventura paralela, sumando más personajes, como sucede en las
otras dos novelas, escritas especialmente para aprovechar el éxito de la serie.
Como sucede con muchas de las sagas más conocidas, pasan muchas cosas, se suman
más personajes (en general poco conocidos o directamente creados por Farmer),
pero la trama avanza muy poco y nada sabemos de la cuestión de fondo: quienes
resucitaron a los humanos. Para peor, parece que las historias solo son
protagonizadas por estadounidenses más algunos franceses y uno que otro de
orígenes exóticos. Pero más allá de estas cuestiones bastante nimias, el
problema de fondo es que se nota cada vez más que Farmer y sus editores están
dispuestos a exprimir hasta la última gota a esta serie de éxito. Y todavía queda
un último libro.
6. Fuentes del paraíso (The fountains of paradise, 1979) 1983. 301
p. Traducido por Edith Zilli.
Segunda edición de esta novela en distintas colecciones de Ultramar, sigue
la versión publicada por Emecé en 1980. Clarke lo consideraba su mejor libro.
Trabaja básicamente sobre la idea de construir un enorme ascensor que
comunicará la Tierra con el espacio, atravesando la atmósfera y evitando así el
trayecto más difícil del viaje espacial. Ambientada en el siglo XXII, el
proyecto tiene un primer problema: el lugar más apropiado para construir este
ascensor es en una montaña en Sri Lanka, un lugar sagrado donde existe un
monasterio. Hay un poco de todo en esta novela, hasta un breve contacto con
extraterrestres, y se lee con facilidad, pero en contra de la opinión del
autor, no es su mejor obra. Ganó los premios Hugo y Nebula.
7. Gálvez, Pedro. La hormiga. 1983. 211 p.
Este volumen es el primero que no apuesta a lo seguro y, se sospecha, no
fue una elección original de Santos para la colección sino que ya estaría en
los planes de la editorial que decidió publicarlo aquí, algo que resulta un poco
inexplicable, al igual que el mismo libro. Compuesto básicamente por el diario
de una hormiga que ha leído filosofía y desea contar como es la vida de sus congéneres,
es básicamente un manual de entomología, no una novela, y menos de ciencia
ficción.
9. Herbert, Frank. El
mesías de Dune (Dune messiah, 1969) 1983. 305 p. Traducido por Domingo
Santos.
10. Herbert, Frank. Los
hijos de Dune (Children of Dune, 1976) 1983. 546 p. Traducido por Domingo
Santos.
Si hay que apostar sobre
seguro, qué mejor opción que la reedición de los tres primeros títulos de la
serie Dune, que habían sido publicados pocos años antes por Acervo. No hay
mucho que se pueda decir del primero de los libros, un clásico inoxidable y ya
muy conocido. Vale resaltar que Herbert no subraya la tecnología sino más bien
cuestiones humanistas, y es pionero en estos libros en el tratamiento de la
ecología como una cuestión fundamental. Originalmente el autor pensó estos tres
libros como una tetralogía, ya que el primero fue publicado en dos seriales en
la revista
Analog entre 1963 y 1964, y después los unificó en un único
volumen. Los volúmenes posteriores al tercero no fueron parte del plan
original. Vale señalar que la traducción deja mucho que desear y no fue
mejorada tras la edición de Acervo.
11. Farmer, Philip José. Dioses
del mundo del río (Gods of Riverworld, 1983) 1984. 329 p. Traducido por
Domingo Santos.
Esta novela cierra el ciclo
de la saga Mundo del Río, donde se explica finalmente por qué había renacido
toda la humanidad en las riberas de un río interminable y quién había provocado
este fenómeno. Durante cuatro libros se alimentó el misterio y estaba claro
que, o Farmer tenía un as en la manga pensado desde el comienzo, o la
resolución del enigma iba a ser decepcionante. Lamentablemente sucedió esto
último. Muy criticada en su momento, Dioses del mundo del río no está a
la altura de las expectativas pero tampoco es el desastre que se pretendió que
era. Es una entretenida novela más de ciencia ficción, con algunos momentos
logrados.
12. Farmer, Philip José. El
mundo del río y otras historias (Riverworld and other stories, 1979) 1984.
327 p. Traducido por Víctor Conill. Contiene: El mundo del río. J. C. en el
rancho turístico. El volcán. La patrulla del amanecer de Henry Miller. El
enigma del puente doliente... entre otros. Brass y Gold (o Caballo y Zepelín en
Beverly Hills). El Niño Podrido en la Jungla pasa de todo. La voz del sonar en
mi apéndice vermiforme. Monólogo. El arrendador de dos males. El fantasma de
las cloacas.
Para extraer lo último que se
podía de Mundo del Río llegó esta antología que lleva el nombre de la saga como
título y que busca confundir al lector: incluye el relato original que dio
origen a toda la serie, de 1966, pero el resto de los cuentos son parte de la
producción más experimental de Farmer, entre los que hay varias imitaciones de
otros escritores como Henry Miller, una mezcla de los Burroughs (William y
Edgar Rice, o como hubiera sido Tarzán contado por el primero), y Malcolm
Lowry, entre otros. Es interesante la lectura de este libro porque permite
apreciar la gran variedad de registros que tenía Farmer, pero la mayoría de los
cuentos no pasan de ser ejercicios literarios, aunque de los buenos.
13. Harrison, Harry. Catástrofe
en el espacio (Skyfall, 1976) 1984. 279 p. Traducido por O. Sachs.
Otro título publicado diez
años antes por Emecé en la colección que ya reseñamos, pero aparentemente en
otra traducción.
14. Clarke, Arthur C. 2010:
odisea dos (2010: odyssey two, 1982) 1985. 309 p. Traducido por Domingo
Santos.
Otra novela que ya tenía una
versión en Emecé y había sido publicada por Ultramar en la colección Best
Seller en 1983. Pertenece a un período del género en el cual la industria
editorial tentaba a los escritores de ciencia ficción a hacer continuaciones
del obras famosas. El problema es que muchos de estos libros están pensados más
como best sellers. Algo de eso pasa con 2010, pero con cierto barniz de
“novela filosófica”, como le gustaba a Clarke, aunque no tan pretenciosa como
otros de sus libros.
Esta
novela del francés Barjavel (1911-1985) tiene varias ediciones previas en
Argentina y España. Trata sobre una expedición a la Antártida que localiza los
restos de una civilización antiquísima y algunos seres conservados por una
máquina. La trama es bastante tonta y muy inverosímil, y tiene cierto tufillo a
los libros de Von Däniken y Berlitz que comenzaban a hacerse populares cuando
fue escrita.
16.
Herbert, Frank. Dios emperador de Dune (God
emperor of Dune, 1981) 1985. 561 p. Traducido por Domingo Santos y Monserrat
Conill.
Otra reedición en formato de bolsillo de una novela publicada en formato
grande. Es la primera de la serie Dune publicada tras la trilogía original.
Herbert está muy preocupado por contar sus opiniones sobre el devenir de la
raza humana y sus problemáticas más urgentes, a través de la transformación de
Leto II, hijo de Paul Atreides, en un gusano de arena. El autor siempre tuvo un
problema: cuenta mucho de la historia a través de diálogos interminables donde
no pasan demasiadas cosas, pero los lectores de la trilogía original
seguramente preferirán tener una opinión propia sobre este libro.
17. Herbert, Frank. Herejes de Dune (Heretics of Dune, 1984). 1985.
568 p. Traducido por Domingo Santos.
Quinta entrega de la saga, está ambientada miles de años en el futuro por
lo que las condiciones sociales necesariamente han variado. Herbert abusa menos
de los diálogos para contar la historia pero recurre nuevamente a la narración
coral. Llegados a este punto, seguramente los seguidores de la saga no
necesitarán una recomendación.
18. Uribe, Augusto, comp. Latinoamérica
fantástica. 1985. 298 p. Contiene: Los trepadores, Sergio Gaut vel Hartman.
El intermediario, Marcial Souto. Primera línea, Carlos Gardini. Vidas
ejemplares, Jaime Poniachik. Quiramir, Eduardo Abel Giménez. Una flor lnca,
Raúl Alzogaray. Entre gatos y medianoche, Graciela Parini. El negro, Fernando
Morales. El vendrá por mí a medianoche, Daniel Barbieri. Tesis para una nueva
literatura fantástica nacional, Daniel Croci. La casa abandonada, Mario
Levrero. El plumero, W. Gabriel Mainero. El manuscrito de Juan Abal, Elvio E.
Gandolfo. La sueñera, Ana María Shua. Mopsi, te odio, Eduardo Carletti. La
garra perpetua, Tarik Carson. El mudo, André Carneiro. Tres cuentos, Esteban
Sayegh. Acerca de ciudades que crecen descontroladamente, Angélica Gorodischer.
Primera antología y una auténtica curiosidad dentro de
la serie: una colección de cuentos de autores latinoamericanos o deberíamos
decir rioplatenses ya que todos, salvo Carneiro (brasileño) son argentinos o
uruguayos. Uribe es el seudónimo del investigador, crítico y coleccionista
español Agustín Jaureguizar (1935). Casi todos los textos fueron publicados
originalmente en revistas argentinas de comienzos de los ochenta, incluso en Cuásar.
19. May, Julian. La tierra multicolor (The many
colored land, 1981) 1985. 494 p. Traducido por Domingo Santos.
Primer volumen de la Saga del Exilio en el Plioceno, que en su momento
hizo mucho ruido. Su autora, Julian May (1931-2017), era una activa miembro del
fandom que había publicado más de doscientos libros de divulgación para el
público juvenil con seudónimos pero apenas un puñado de cuentos. El disparador
de la trama es sencillo: inicialmente ambientada en un futuro de space opera con
una humanidad en contacto con otras razas extraterrestres, a aquellas personas
que no se adaptan a las nuevas condiciones sociales se les da la opción de
exiliarse seis millones de años en el pasado, llevando lo necesario para
sobrevivir en buenas condiciones pero sin posibilidades de regresar. Pero el
Plioceno es muy distinto de lo que esperaban. Novela entretenida sin mayores
ambiciones.
20. May, Julian. El torque de oro
(The Golden Torc, 1982). 1985. 483 p. Traducido por Domingo Santos.
Continuación directa de la trama de La tierra
multicolor, no puede leerse de manera independiente. Sigue el recorrido de
los protagonistas en su devenir seis millones de años en el pasado de la Tierra
habitada por dos razas extraterrestres.
21. Poe, Edgar Allan. La ciencia ficción de Edgar
Allan Poe (The Science Fiction of Edgar Allan Poe, 1976) 1985. 269 p.
Traducido por Julio Gómez de la Serna y otros. Contiene: Manuscrito encontrado
en una botella. La aventura sin par de un tal Hans Pfaall. La conversación de
Eiros y Charmion. Un descenso dentro del Maelstrom. Coloquio entre Monos y Una.
Una historia de las montañas Ragged. Revelación mesmérica. Breve charla con una
momia. El poder de las palabras. El método del doctor Alquitrán y del profesor
Trapaza. El extraño caso del señor Valdemar. Mellonta tauta. Von kempelen y su
descubrimiento.
Otro volumen inusual dentro de la serie, uno de los
dos compuesto por textos del siglo XIX. Además, se recurre a traducciones de
mediados del siglo pasado. Más allá de que el libro no encaja en la línea de la
colección y de que siempre es bueno leer/releer a Poe, queda pendiente la
respuesta a la pregunta de si estos libros se publicaban únicamente porque no
se pagan derechos de autor. Ya había una edición de los cuentos de ciencia
ficción de Poe con un contenido distinto:
Caralt, 1978. 215 p. (Ciencia-ficción, 21).
22. May,
Julian. El rey nonato (The nonborn king, 1982) 1985. 506 p. Traducido
por Domingo Santos.
23. May, Julian. El adversario (The
adversary, 1984) 1985. 588 p. Traducido por Domingo Santos.
En estos dos últimos volúmenes de la primera parte de
la saga de la La tierra multicolor siguen las intrigas entre las
distintas razas que habitan el Plioceno, entre ellas la humana. Estos últimos
tienen como objetivo volver al siglo XXII y se abre una posibilidad para que se
concrete esto. May continúa con las mismas virtudes y defectos de los volúmenes
anteriores: la historia es atrapante pero los personajes son chatos y resulta
finalmente una lectura liviana, una saga bastante típica de los ochenta (y característica
de Ultramar). Hoy parece bastante anacrónica.
24. Silverberg,
Robert. Sadrac en el horno (Shadrach in the furnace, 1976) 287 p.
Traducido por C. González Ania.
Otro de los
libros originalmente publicados por Emecé en su colección Ciencia-Ficción y
reeditado por Ultramar en la colección que precedió a esta en 1977. Se puede
leer una reseña en el artículo correspondiente en esta web sobre la colección
de Emecé más abajo, pero podemos señalar que es una novela menor de Silverberg
aunque pertenece a su período más destacado, entre 1966 y 1976, siendo la
última publicada antes de dejar de escribir por un período de cinco años.
25. Vance, Jack. Los chasch (City of the chasch, 1968) 1986. 222 p.
Traducido por Domingo Santos.
26. Vance, Jack. Los wankh (Servants of the wankh, 1969) 222 p.
Traducido por Domingo Santos.
27. Vance, Jack. Los dirdir (The dirdir, 1969) 1986. 215 p.
Traducido por Domingo Santos.
28. Vance, Jack. Los pnume (The pnume, 1970) 1986. 192 p. Traducido
por Domingo Santos.
Estas cuatro novelas breves de Jack Vance (1916-2013) componen el Ciclo de
Tschai. Ambientado en el planeta de ese nombre, sigue las aventuras de Adam
Reith, un humano que ha llegado en respuesta a un pedido de ayuda recibido
ciento cincuenta años antes. Cada uno de los títulos es el nombre de una de las
razas que habitan el planeta, que no son nativas, y que están en conflicto
entre ellas. Ademas, hay humanos que son tratados como esclavos o sirvientes,
según a quien sirvan. Colorida, entretenida, esta serie de aventuras no tiene
respiro. Casi todos sus personajes, ni hablar de los femeninos, son de cartón
pintado, pero aún así se puede leer sin pretensiones. No tiene reedición y son
casi inhallables.